jueves, 28 de julio de 2016

EL ACOMPAÑANTE EN UN PROCESO EVOLUTIVO

Si tenemos la suerte de tener a alguien que nos acompañe en este proceso es importante que ambos tengáis claras unas cuantas cosas, porque lo cierto es que no es un monte de orégano el proceso en su conjunto, más bien un camino de rosas en su mata puntillosa, puesto que a pesar de la dificultad y el dolor, lo recogido es de incalculable valor y belleza, para ambos. 
Se os podrían dar muchas connotaciones, normas y demás, pero lo cierto es que es un absurdo hacerlo, simplemente me limitaré a compartir unas premisas a modo de consejos, porque cada proceso es un mundo, cada persona también y cuando entran en contacto varios elementos cada persona y su mundo interactúan hacia una misma causa, con lo cual todo es posible que suceda, tanto en uno como en otro… Lo importante es tener claridad respecto los límites de cada uno, tanto acompañante como acompañado y sobre aquello que va a APORTAR el Acompañante, Daka, facilitador o sanador que ante todo es PRESENCIA junto a la base necesaria para anclarse y no dejarse arrastrar al proceso del otro, o en caso de que ocurra, entender que no pasa nada y que no es que se falle, es simplemente que era necesario ocurriera así, que es lo mejor para el proceso.
Permitir y aceptar, rendirse y evitar revelarse son las actitudes más recomendadas, aunque vuelvo a decir, todo está abierto a suceder y siempre es lo mejor, aún en el caso de que no seamos capaces de reconocerlo así el momento en que ocurre.


COMUNICACIÓN Y CONFIANZA
No me cansaré de decir que hay que estar dispuesto a confiar en el acompañante y no reprimirse en expresar lo que sea que estamos sintiendo o el dilema que se nos está poniendo delante, incluso cuando lo que nos ocurre es que el propia acompañante nos crea repugnancia. Y es que el rechazo hacia la persona que nos está acompañando en un proceso es algo más común y fácil que suceda de lo que podamos imaginar, porque a partir del momento que se presenta voluntario para gestionar, se convierte en un espejo de esas condiciones que necesitan ser procesadas en nosotros, las cuales no son lo más hermoso de nosotros y en ocasiones comenzamos a rechazar la medicina diciendo que es repugnante porque el miedo se apodera de nosotros y hace que nos revelemos a la cura.

Como pueden ocurrir y van a suceder muchas experiencias positivas y negativas entre ambos, debemos tener presente siempre qué estamos haciendo, en qué nos hemos embarcado y conocer las consecuencias te ayuda a sobrepasar las dificultades y seguir adelante con confianza, eligiendo dejar a un lado los prejuicios y mirando la verdad más allá de la apariencia. 

Es muy importante ACEPTAR las cosas como vienen y si nos salimos de la situación darnos un margen de restablecimiento para centrarnos o anclarnos y continuar. Pero también es muy importante NO TOMARSE NADA DE MODO PERSONAL.

PRESENCIA, AMOR Y COMPASIÓN.
Describir la mejor manera de aportar a estos procesos, al acompañado y a uno mismo como acompañante, puede ser muy fácil, en medio de la Odisea quizás haya momentos que flaqueéis, no pasa nada, ante todo debéis ser para vosotros y con vosotros mismos. Sé amoroso y compasivo primero contigo.

Dedica tiempo a anclarte, no pasa nada si te descentras, vuelve a conectarte y luego sigues.
Estar, ser, prestar atención, escuchar, ser atento, todo con una actitud dulce, amorosa, respetuosa y compasiva. Acompañada de una actitud servil, humilde, vulnerable.
Elegir posturas acomodadas y prácticas a tu actuación, permitirte hacer cambios si sientes que lo necesitas, comunica y ten en cuenta al otro, pero sin olvidar respetarte a ti mismo. Recuerda: Para poder dar tienes que rebosar, así que primero nútrete y asegúrate de ir haciéndolo a lo largo del proceso, sólo así estarás en plena forma, actitud y disponibilidad para tu acompañante, que es como se merece recibirte.

Pero no nos equivoquemos, crees que tienes que ser la virtuosidad personificada, la santidad hecha hombre o mujer... pues si piensas así vas a llevarte muchas sorpresas y posiblemente acabes decepcionado/a de ti mismo/a en muchas ocasiones. Y es que va a haber momentos en los que va a aparecer un maestro sabio, pero muy serio y con muy malas pulgas, con palabras llenas de una verdad punzante y arrolladora. Capaz de desatar el enredo mental más enraizado con unas simples palabras, palabras que posiblemente arranquen de un tirón la mentira más profunda y clavada en las entrañas, o la basura mental más encrustada... ¿Y sabes cómo va a acabar esto? con la sensación de que nos hemos convertido en el demonio más cruel y despiadado... Pero no, de verdad que no... lo que ocurre es que alguien tiene que sacar la verdad a la vista y hay ocasiones en que la verdad duele, sobretodo porque la hemos ignorado por propia voluntad en muchas ocasiones y tomar consciencia de nuestras responsabilidades duele y cómo duele....
Así que de nuevo no dudes que lo que ocurre es perfecto y adecuado. No juzgues y permite abrazar todo desde la comprensión que lo que sucede es lo mejor que puede suceder aún cuando no puedas comprenderlo en este momento... no te preocupes llegará el momento es que no tendrás ninguna duda que fue así... lo sabrás.

ANTES DE COMENZAR EL PROCESO Y CADA SESIÓN HAZ REVISIÓN.
Poner claras las premisas, acordar si va a haber acompañamiento y de que forma, exponer donde están los límites para ambos y respetarlos. Revisar las anteriores sesiones y rectificar o implementar posibles cambios para mejorar el acompañamiento y cubrir las necesidades de ambos. Y lo más importante de todo el sistema de normas es que cuando se inicia una sesión todo es posible y eso significa que puede que alguna norma acabe pasada por alto. ¿Y sabes por qué? Porque a veces el boicot al proceso está en la norma. Y en esos casos acabará cayendo, porque lo que manda en un proceso evolutivo es evolucionar no sostener una norma.
La comunicación es esencial, tanto para una parte el acompañado, como la otra el acompañante. Pero lo es aún más ESTAR PREPARADOS para que ocurra lo que ocurra no tomarlo de manera personal, estar abiertos a permitir sin prejuicio, ni criticismo.  Debemos tener presente siempre que se actúa desde el respeto, al menos que la intención esté ahí, porque lo que ocurre es imprevisible para ambos y se puede prestar a confusiones. Así que sin miedo hablemos claro y confiemos. En ocasiones también ocurre que el proceso del sanado arrastra a un proceso al sanador y acabáis sanando los dos, esto es algo común, es fácil que ocurra.
En estos casos aconsejo al acompañante tranquilizarse y confiar en el proceso. ¡No pasa nada! ¡No estás haciendo nada mal! ¡Todo es perfecto! Y esto te lo digo porque puede que creas que para acompañar a alguien tienes que ser Superman y mantenerte fuerte como la roca y anclado como el roble, quizás crees que tienes que ser el guerrero invencible o la guardiana impasible... ¡Pues déjame decirte que NO!, si piensas así acabarás muy mal, con culpa y sensaciones de fracaso...
Recuerda que estás acompañando en un camino hacia la vulnerabilidad, la sensibilidad, la unidad. Esto significa que vas a vivenciar en tus propias carnes el dolor de tu acompañado y de este modo vas a ayudarlo a sanar y liberarse de sus cargas. Así que entiende que esto significa, llorar cuando llore, chillar cuando chille, cantar cuando cante, vibrar cuando vibre, andar cuando ande, caer cuando caiga y levantarte cuando se levante... ¿Crees que tienes que ser fuerte?, desde luego hay que ser valiente y Amar, amar con locura, compasión y entrega... Al final de cada ciclo siempre hay una gran recompensa para ambos y una gran alegría, merecerá la pena todo esfuerzo, toda acción y decisión, no habrá desperdicio, pero hay que dar el paso y hay que vivirlo estando presente en todo momento como uno solo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario