sábado, 28 de diciembre de 2019

Conociendo el Proceso Evolutivo P.E.


Al entregarnos a un Proceso Evolutivo se produce una apertura de consciencia hacia el Ser, la Vida y todo lo que Es. Se aprende a percibir la esencia espiritual, la energía, el Ser mismo en su esencia. Esto nos permite conocernos a nosotros mismos como creadores y conseguir el control de nuestras vidas. 



Los Procesos Evolutivos permiten el estudio del Ser de una manera práctica, son métodos muy prácticos poco teóricos. Quien se implica en un Proceso Evolutivo Consciente aprende acerca de sí mismo, quién es y cómo es. Aprende lo que debe hacer ahora para cambiar, etapa por etapa, paso a paso. Enfoca su investigación hacia su propio interior. Toda la experimentación se realiza sobre sí mismo, en sí mismo. En todo momento la intención de Saber, nos conecta con la Sabiduría interna que nos guía en nuestro descubrimiento de la Verdad. En el Proceso se producen cambios internos esenciales que provocan cambios importantes también en su realidad. Después de todo para cambiar nuestro mundo basta con que cambiemos nosotros, ya que nuestra realidad interior es lo que se refleja en la realidad exterior. En definitiva un Proceso Evolutivo Consciente nos lleva a despertar una consciencia superior y descubrir la perfección del Ser, la Verdad más elevada y alcanzar todo aquello que seamos capaces de pensar.

                                             
                             
Devanath en Pixabay 

Durante todo Proceso Evolutivo Consciente nos responsabilizamos de nosotros mismos y de nuestra vida, se realiza un trabajo de revisión y corrección sobre aquellas creaciones que no nos satisfacen, que son degradadas, erróneas, negativas, destructivas o imperfectas, lo que nos permite elevarlas, mejorarlas o transformarlas. Dichas creaciones tanto pueden referirse a nuestro propio Ser como a las circunstancias y relaciones en las que se experimentan.  

Al embarcamos en un P.E. nos convertimos en investigadores de nuestra propia naturaleza, estudiamos la esencia de nuestra propia existencia utilizando como herramientas nuestros sentimientos, nuestra mente consciente y nuestro subconsciente. A través de los métodos utilizados desarrollamos nuestra percepción de la realidad activando habilidades extrasensoriales que se desarrollan en cada proceso. El P.E. nos permite ver que se puede mejorar sin sufrimiento, permite auto-modificarse a uno mismo, a nuestra vida y conocernos como Creadores, en nuestra Verdad mas elevada. En definitiva, aprendemos a llevar a nuestra consciencia y a lo físico la realidad espiritual subyacente, unificamos al dejar de percibir tan solo una parte de nosotros mismo y de la vida y permitirnos percibir la realidad en su totalidad. 


Free-Photos en Pixabay 

En un Proceso Evolutivo siempre se gana, siempre hay un beneficio que percibir, de hecho se percibe el mejor de todos los beneficios, pues allí donde te lleva es a Ser de manera consciente la manifestación de la Magnificencia del Ser y eso implica TODO, Ser el Creador y crear lo mejor, Ser lo mejor de uno mismo y vivir de la mejor manera.  Para conseguirlo tan solo debemos tener voluntad, confianza, constancia, compromiso y mantenernos fuertes y activos, determinantes en nuestra decisión de evolucionar y disfrutar el camino. Sin apartarse de la vida, ni renunciar a nada pasamos a llevar una vida plena. Aprendemos a ver y a recibir lo que la vida nos da, pues esta nos conduce de modo adecuado y preciso a mejorar. Y aprendemos a usar de modo correcto y eficaz nuestra voluntad sin limitarla, lo que lleva a tener más consciencia, a ampliar la perspectiva espiritual, a ascender y unificar ampliando nuestra percepción de la totalidad y a alcanzar mayores logros.



A través de los P.E. nos preparamos para percibir la Luz (la Perfección del Ser) y reconocernos en ella, a cada paso liberamos la luz para que ilumine y se muestre libremente en su naturaleza, tal como es en su mejor definición, sin etiquetas, ni velos, ni opresiones, ni sombras, ni errores; es decir el Ser en su esencia, tal como Es. En definitiva, la liberamos, la observamos para conocerla, la experimentamos para serla en consciencia y desarrollamos descubriendo cada habilidad en la experimentación. Conocernos en profundidad nos permite conocer la vida y la naturaleza de todo ser viviente. 

Si te interesa experimentar tu propio P.E. conmigo no dudes en ponerte en contacto Whatsapp 696158128 o por mail adalis.ayuda@gmail.com.
Gracias por leerme. ¡Feliz Vida!

Adalis©





sábado, 21 de diciembre de 2019

El dolor y las relaciones

El cuerpo del dolor es el que tiene su centro en el cuarto chacra y es el mundo de las relaciones entre lo interno y lo externo. Los conflictos relacionales con nosotros mismos, los demás y nuestro entorno se reflejan en este centro y este cuerpo emocional. 




El origen del dolor
La pena es una forma de dolor, está vinculada a una ansiedad, una inquietud o una tristeza que se manifiesta por llantos, sonidos de dolores, soledad. El corazón está herido y enfermo después de una experiencia pasada lastimosa y dolorosa. El trauma profundo y duradero suele manifestarse en forma de dolor físico u enfermedad. Recuerda que el cuerpo original del dolor es el cuerpo emocional, que es el que experimenta los estados del Ser, es el que siente. 



                                                                           Pexels en Pixabay 

Existen muchos momentos dentro de nuestra experiencia de vida en los que hemos sentido clavar un punzón en nuestro pecho o en nuestra espalda, la traición esencial se produce cuando se deja de ser fiel a lo superior y se osa degradar lo que ya es perfecto. Cuando impongo una medida que no es justa o no está en sincronía con la verdad absoluta del ser yo estoy traicionando, siendo infiel a lo que en verdad es. En este momento me estoy separando de la verdad, mi cuerpo mental se opone a mi cuerpo emocional cuando osa identificarse con una verdad relativa y no una verdad absoluta. Las "verdades" sean absolutas o relativas son recibidas en nuestro cuerpo emocional, cuando estas verdades respetan la naturaleza del ser se mantiene el equilibrio, cuando van en contra de dicha naturaleza se crea un desequilibrio y una experiencia dolorosa. Es el desgarro que se siente al definir una parte del ser, con unos criterios distintos a lo que en verdad es, criterios que degradan, someten y limitan. Por ejemplo, cuando creemos que somos malos, que no hacemos algo bien, cuando nos definimos despectivamente u opinamos mal ya sea sobre nosotros mismos o los demás, cuando no reconocemos ni identificamos la perfección, lo mejor. El hecho de juzgar(afirmar o declarar que algo es) y osar creer que es posible ser algo distinto a lo que es: menos o más que, mejor o peor que, bueno o malo,... simplemente comparar tiene el poder de causar mucho daño. Pues la realidad auténtica es que somos tan extraordinarios que por muy opuestos que parezcamos tan sólo podemos ser la imagen de una gran virtud. Debemos abrir nuestra mente a la belleza y perfección de cada uno y de cada experiencia, vaciarnos de prejuicios y permitirnos realizar una mirada de aceptación.


                                                   Sarah Richter en Pixabay 

Aceptar todas las partes de mi, aceptar a los demás como son sin juzgar ni opinar, aceptar las experiencias como lo que son una manifestación externa que me permite conocerme mejor dentro de ella, nos devolverá al estado de equilibrio y unificación del Ser, mejorará nuestras relaciones y nuestro estado de equilibrio. Soltar nuestros condicionamientos y creencias que nos impiden amar al ser por lo que es, nos permite hacer presente la realidad auténtica y la magnificencia de lo que somos. 

La finalidad de las relaciones
Relación es la correspondencia o conexión que hay entre dos o más elementos, así como el trato o unión que hay entre dos o más personas o entidades. Así pues dentro de una relación se manifiestan experiencias en base a esas correspondencias y el modo en que nos tratamos va en función de la armonía o el desequilibrio que sostenemos respecto al concepto del ser manifiesto en dicha correspondencia, es decir, va en función de como acepto esa parte de mi reflejada en el otro.

Cada momento es una experiencia, es decir, yo estoy percibiendo y expresando en todo momento quien soy. Lo que marca mis experiencias y mis relaciones es todo aquello que cargo en mi definición de ser. Esta definición puede ser consciente e inconsciente, ya que existen muchos condicionamientos que sostenemos en nuestro subconsciente que no se recuerdan, aunque no por ello dejan de estar presentes. 
Esta inteligencia ilimitada que somos está actuando en todo momento sin descanso, se dedica a revisar, observar y tiene la misión de conocerse, identificarse y reconocerse, es decir, es consciente absolutamente de si mismo. Aquello que contempla o que convierte en su centro de atención se convierte en una experiencia en nuestra vida aparente o limitada. Esto permite dejar en un segundo plano el resto del ser y centrarnos en esa parte que es objeto de revisión, ya sea porque entró en desequilibrio o porque es momento de conocerla desde otra perspectiva o definición. 




Hay que comprender que en todo momento experimentamos quien somos y bajo qué parámetros nos hemos definido. Recordar que somos libres de elegir como nos definimos y cambiarlo cuando impongamos nuestra voluntad de hacerlo. Nuestras experiencias y relaciones se vivirán en función de nuestras elecciones, así como nos definimos se manifestará para poder llevarlo a nuestra consciencia y decidir si continuamos definiendo así o cambiamos de referencia. Así pues nuestras experiencias reflejan esa realidad subconsciente haciéndola consciente, permitiéndonos conocerla, revisarla, valorarla y decidir qué hacemos con ella.

Como dijimos cada persona nos refleja una parte de nosotros que corresponde a una definición o concepto del Ser y  la situación que vivimos con ellas refleja mi relación, mi postura, mi estado, mis condicionamientos y definiciones respecto a ese concepto. Por tanto, el simple hecho de observar mis relaciones me va a dar la posibilidad de conocerme, de mejorar mis relaciones y de transformar mi vida.

Adalis©

viernes, 6 de diciembre de 2019

LOS ORÍGENES DE NUESTRA GUERRA INTERNA


Profundizando en el conocimiento del Ser hacia los orígenes de nuestro decaimiento nos encontramos de lleno con el paradigma de la víctima y el victimario del cual hablamos a continuación.


Imagen de Iván Tamás en Pixabay 

EL PARADIGMA DE LA VICTIMA Y EL VICTIMARIO. LOS MAPAS.

Hay toda una base de leyes que sustentan este paradigma de la separación, la oposición y la guerra. 
Entre ellos encontramos condicionamientos en base a la creencia de que tan sólo podemos elegir entre dos soluciones únicas que presuponen que entre dos partes siempre hay una a la que le toca perder o ser menos o peor que la otra parte. El Paradigma de la víctima es una herencia directa del conflicto dual, de imponer un juicio y una moral que eleva a una parte y degrada a la otra. La energía degradada así como la que degrada se convierten en una entidad propia que gobierna nuestra vida en todos los aspectos. Con entidad propia quiero decir que nos identificamos absolutamente con esta definición “soy víctima” “soy victimario”. Se piensa, se siente y se reacciona como tal. Estamos muy arraigados a esta visión por lo que se precisa una clara decisión y gran determinación para abandonar este paradigma de guerra. 

Para poder unificar y establecer un estado de paz hay que revisar los patrones que generan el conflicto y sanar las heridas y el dolor que tantas experiencias bajo este paradigma han generado en nosotros mismos y nuestras relaciones. Pero además, hay que cambiar nuestra visión y elevarla para poder conocer la tercera alternativa. Y es que no hay tan solo dos opciones para solucionar un problema (la que me beneficia o la que te beneficia), en realidad solo hay una la que es mejor para todos, pues nos beneficia a todos.

REVISANDO MAPAS.


Imagen de Pexels en Pixabay 

Existen gran número de mapas mentales o patrones enterrados en nuestro subconsciente que son los que sostienen este paradigma vivo. A continuación vamos a presentar algunos de ellos.
  • SER BUENO O SER MALO.
Esta medida se basa en tu cualidad para cubrir las expectativas. El problema es que no siempre coinciden las expectativas propias con las ajenas, porque tenemos distintas opiniones sobre una misma cosa, por lo tanto comúnmente diferimos en qué es bueno o mejor o qué es malo o peor. Pensamos que quien cubre nuestras expectativas es buenísimo, pero quien no es malo. Y lo mismo, somos buenísimos si hacemos lo que quieren o pensamos igual o malísimos si decidimos no hacerlo o pensamos distinto. Sin embargo, que estemos o no de acuerdo en algo no hace de menos a nadie, nuestro valor es exactamente el mismo, esta es la verdad. 
Hay que romper con esta creencia a la que nos aferramos tan arduamente, sobre que realmente existe lo bueno o lo malo. Y dejar de querer dirigir nuestra vida según esta medida que siempre será relativa a una opinión no a una verdad auténtica.

  • MATAR O MORIR
Creer que en una decisión que nos incumbe o incumbe a otros siempre va a haber una parte que va a salir perdiendo o se va a tener que sacrificar o va a sufrir. Esta creencia nos impide alcanzar la solución perfecta para todos, por ello es muy importante eliminar este patrón y permitirnos acceder a la tercera solución. Existe absolutamente una decisión eficaz para todos permitámonos descubrirla, tomar consciencia de ella.


  • NEGAR Y AFIRMAR
Es cierto que no siempre estamos en discordia entre el sí y el no, la armonía entre lo que niega y lo que afirma es muy poderosa pues forma el equilibrio perfecto para la manifestación. Por ello, debemos estar atentos cuando estas creaciones hacen acto de presencia. Pues suelen arraigarse con más fuerza y eso dificulta el liberarlas, suele ser una programación mas resistente y requiere más insistencia en muchas ocasiones. Cuanto más en armonía mayor es la aceptación con la identificación, es decir, que más asumido está como somos o como son las cosas para nosotros.

Estamos llenos de creencias que nos colocan en una postura de perdedor, de víctima, de impotencia e incapacidad, de carencia. Creemos que hay experiencias que se nos niegan, que nunca nos suceden o sudarán a nosotros, lo creemos imposible. La realidad es que nada es imposible y cualquier cosa que sucede a otro también nos puede suceder a nosotros. Y usamos la afirmación y la negación para encarecernos de cualquier cosa. Por ejemplo:  Afirmación: “Esto no me sucede a mi”; Negación: “A mi sólo me pasan calamidades”. 
Recordemos en todo momento y reconozcamos esta verdad absoluta que dice que todo es posible en mi también.



Para cambiar nuestra vida y mejorar nuestras relaciones con nosotros mismos y los demás es necesario un compromiso por la labor del cambio. Cuidar de nosotros va más allá de cuidar nuestro aspecto y nuestra salud con el ejercicio y la comida. Es cuidar de nosotros revisar nuestras creencias, sanar nuestros traumas y cambiar nuestra perspectiva. Esta es una labor que enaltece y unifica cuando se hace con respeto, amor, gratitud y aceptación. ¡Apostemos por ser mejor y vivir mejor!

Adalis©