jueves, 30 de junio de 2016

LOS JUICIOS DE COMPARACIÓN Y SUS EFECTOS EN NUESTRA EXPERIENCIA.

Comenzamos hablando hoy sobre los prejuicios. Los prejuicios son opiniones preconcebidas, generalmente negativas hacia algo o alguien. Son esos juicios creados en una experiencia similar vivida anteriormente o en la aceptación de una verdad relativa ajena a nosotros proveniente de alguien de confianza o a quien consideramos una "voz superior" y de quien aceptamos la ley sin ni siquiera comprobarla. Tratamos pues hoy las "verdades relativas" aceptadas en un pasado y que nos impiden evolucionar, ser lo mejor de nosotros mismo y vivir las mejores de nuestras experiencias. 

Debemos entender pues que los prejuicios existen porque elegimos creer de manera preconcebida ciertos juicios y que no por creerlos son en realidad verdad absoluta, sino que suelen tratarse de errores, mentiras o verdades relativas que para el caso es lo mismo. Estos al creerlos nos impiden conocer la verdad sobre algo o alguien y a la vez nos permiten experimentar lo que "no es" como si en realidad lo fuera. Nos mantienen distantes de la verdad absoluta y en el olvido de una verdad esencial importante.

Esa cosa importante son los llamados espejos. Debemos recordar que sólo podemos percibirnos a nosotros mismos, lo que percibimos en el exterior sólo es un reflejo de nuestro interior, de nosotros mismos. Por lo tanto, cuando interactuamos con lo externo aquello que podemos percibir ante nosotros es aquello que no percibimos en nosotros mismos pero que es, ya sea en forma de ley, creencia o verdad relativa. Cada circunstancia vivida es la oportunidad para conocernos y tomar consciencia de lo que albergamos en nuestro fuero interno como cierto.

Una vez sabido esto, entenderemos que a la hora de observar las experiencias que tenemos
diariamente ya no hay razón ni motivo de sentirse víctima de nada ni nadie. Pues todo cuanto me ocurre a mi, lo hace como reflejo del conflicto o la armonía interna y como efecto de mis creencias. No porque haya un enemigo dispuesto a fastidiarme.

Es importante recordar todo al respecto de como funciona la vida, el ser y que realmente es esencial recordar cada vez que tenemos una experiencia que no nos agrada, pues estas son las experiencias sobre las que generamos prejuicios gratuita y abundantemente. Evidentemente cuando algo nos agrada directamente lo decretamos como lo mejor. Pero cuando no, es inmediata la acción de decretarlo como lo peor. 

Recordemos por un momento algo dicho en nuestro post anterior, en el momento que decretamos o emitimos un juicio creamos una ley que se aplica de manera sostenida en cada circunstancia posible. Así que cuando decretamos algo siendo definido como menos que lo mejor de si mismo, estamos creando en nuestra experiencia con él o ello como algo degradado, peor o menos de lo mejor que es. 

Teniendo presente esta verdad absoluta, conseguiremos elevar nuestra perspectiva a la hora de observar para gestionar nuestros problemas o alcanzar nuestros objetivos. Habremos cambiado nuestra actitud ante la vida y las relaciones, eliminado nuestras creencias más obsoletas y seremos más libres, eso supone elevarnos a un nivel de conciencia y de paz tan elevados, que sólo seremos capaces de contemplar lo perfecto que no es ni más ni menos lo que ya es todo en si mismo cuando está libre de creencias. Cuando no crees que algo  o alguien es menos ni más que, sólo puede ser lo que Es= PERFECTO.

A este punto nos damos cuenta que comparar también es un error, pues al hacerlo estamos creando prejuicios y con ellos limitaciones de lo mejor del si mismo. Todos somos incomparable, somos únicos, una versión diferente de lo perfecto. Compararnos exige emitir juicios y decretar leyes que me condenan a ser algo en referencia a otro, me condenan a ser más que y menos que, y no me reconocen en absoluto lo que en verdad soy. 

¿Y qué es lo que soy? porque en el momento en que elijo aceptar un juicio como verdadero ya forma parte de mi y de lo que soy ¿no?, sino no sería posible experimentarlo ¿no es así?... Y digo esto porque hay otro prejuicio que tenemos respecto al que me gustaría comentar algo. Cuando yo me defino yo me limito a ser la expresión de eso que decreto que yo soy. En el momento en que me identifico con él yo paso a ser la expresión de él, yo soy lo que digo que soy. De este modo puedo permitirme experimentar ser lo que no soy. ¿Y entonces qué es lo que en verdad soy?. Lo que se es
por naturaleza es perfección, una creencia o decreto no es una verdad absoluta solo una verdad relativa, eso significa que sólo perdura mientras yo elijo identificarme con esa verdad, pero yo soy libre de elegir identificarme con la verdad relativa que desee, en el momento que desee. No existe lo negativo como lo concebimos, lo negro no es bueno ni malo, como lo blanco no es bueno ni malo, no es una cuestión de moral, no le corresponde a ella definir lo que soy, aunque hasta ahora le hayamos otorgado este poder. Lo cierto es que lo creado, fue creado perfecto y como tal es. Cuando yo no lo limito a declararlo bueno o malo, le doy la oportunidad de ser lo mejor que es, si mismo y ahí es cuando tomo consciencia de que yo soy una unión perfecta de colores.


ADALIS©



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