Nadie mejor que nosotros mismos para saber certeramente qué nos sucede. Todo está en nosotros y para saber sólo tenemos que dirigirnos a aquello que es para que nos hable de sí mismo. De este modo podemos saber sobre cualquier cosa, convirtiéndonos en observadores tenemos la visión de aquello que queremos conocer. Pues a través de nuestra atención, podemos fijar nuestros sentidos de percepción y experimentar con el objeto de nuestro interés.
Poner nuestro interés sobre el subconsciente, nos ayudará a tomar conciencia de nosotros mismos y de todo cuanto almacenamos en nuestro interior como premisas de verdad (creencias, convicciones, limitaciones y asociaciones erróneas) sobre todo lo experimentado. Pero también se encuentra la esencia primigenia de lo que somos y toda la información sobre ella. Todo cuanto somos y hemos creído que somos está albergado en el subconsciente, así pues todo conocimiento del Ser y de nuestra persona lo encontraremos en él.
Basta poner nuestra atención hacia el subconsciente para que él empiece a comunicarse, porque en realidad nunca deja de hacerlo, pero durante mucho tiempo hemos elegido ignorarlo. Dejar de ignorarlo y elegir tomar consciencia de sus comunicaciones, apreciando sus cualidades, capacidades y labor respecto a la vida, es el camino hacia la unificación, la consciencia, la sabiduría, la felicidad y la perfección. Es esa evolución a la que aspiramos en la que la armonía, el equilibrio y la sincronicidad son una realidad permanente.
El subconsciente tiene su propia forma peculiar de manifestarse, el problema es que durante generaciones nos hemos dedicado a criticar y mal ver sus formas, sus actitudes y su expresión, empezando por su realidad más elevada. Invertimos mucha energía y esfuerzo en hacer del subconsciente el peor de los conceptos y el más ignorado. Pero en esto se basaba el principio de separación, cómo íbamos a sostener la ignorancia, si por naturaleza somos sabiduría, si no renunciamos a escucharla. Para poder tener motivos para no escuchar a sabiduría o subconsciente debíamos hacer de ello algo indigno, falso, malo, moralmente negativo, estúpido. Y así lo hicimos.
Sean cuales sean esas convicciones sostenidas por nuestro subconsciente común para ignorar, no importa, pues ignorar algo no hace que deje de ser lo que es. Y sea como sea siempre ha estado actuando en nosotros, siempre ha sido una parte de nosotros, siempre se ha manifestado y comunicado, pues lo que es, es lo aceptemos así o no. Lo único es que desde nuestra perspectiva no lo apreciamos mientras así lo elijamos.
Nuestro subconsciente forma parte de nosotros, somos nosotros mismos. Es nuestra voz interior, nuestra propia sabiduría, está el conocimiento y la verdad de todo lo que es. Así que para saber no importa irse a ningún lado, todo lo tenemos en casa, está en nuestro interior, bien activo, deseoso de ser escuchado, cuidando de ti y de tu vida a cada instante, con cada respiración, con cada actividad de los órganos de tu cuerpo, con cada pensamiento y emoción, ahí está para ti constantemente activo, atento, entregado, como no hay Madre que pueda serlo.
Activar tu comunicación interna no significa aislarse del mundo exterior. El subconsciente se expresa en cada momento y situación, sea lo que sea que hagas. En aquello que experimentas en cada momento tu subconsciente está presente, no te sería posible experimentarlo si no fuera así… Poner tu consciencia a observar lo que acontece en este momento te permite ser consciente de tu percepción, cómo percibes el momento, cómo lo estás experimentando, pues es el subconsciente quien lo experimenta, lo archiva, lo recuerda.
Como puedes haber apreciado ya, somos un todo trabajando al unísono, en sincronía para hacer posible la experiencia. Consciente y subconsciente actuando de manera conjunta mirando hacia un mismo punto al mismo tiempo. Gracias a dejar de ignorar al subconsciente y poner nuestra consciencia en él conseguimos ser nosotros mismos, íntegros, totales y absolutos.
En este vídeo que te adjunto a continuación tienes un ejemplo de cómo el subconsciente se comunica con nosotros, en este caso a través de los sueños:
ADALIS©
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